Entrevista realizada en Barcelona, con ocasión de las XXVIII JORNADAS DE CLÍNICA PSICOANALÍTICA[1] : FEMINISMO, PATRIARCADO. SUS EFECTOS.

Irma Bouyat entrevista a Roque Hernández, Psicoanalista, director del Centro de Orientación Socio-Laboral y Clínica El Molinet, Alicante, y miembro de la asociación Análisis Freudiano-Analyse Freudienne.

Irma Bouyat: En palabras llanas y para que todo el mundo pueda entendernos, ¿podría explicarnos la esencia del psicoanálisis?

Roque Hernández: Pensando en el mundo moderno en el que nos situamos, diría que un psicoanálisis permite a un Sujeto, a la persona que viene a vernos, desprenderse de algo que lo hace sufrir; no consiste tanto en que se lleve algo, ya tenemos demasiados objetos, demasiada satisfacción y goce, si no que viene a desprenderse de aquello que lo hace sufrir.
Así puede abrir un hueco en su vida y ocuparlo de otra manera diferente. Un paciente viene “embarazado” de su síntoma, colapsado por un intento de satisfacerse que no ha dado sus frutos y que lo ha abocado al sufrimiento.
Se trataría de descolonizar este sufrimiento subjetivo y encontrar una nueva manera de ocupar ese espacio psíquico y vital.

Irma Bouyat: Hoy —en estas XXVIII Jornadas de Clínica Psicoanalítica, dedicadas al tema: Feminismo, Patriarcado. Sus efectos— se ha hablado de “un padre, de un rey decapitado” en contraposición con el capitalismo. ¿Dónde podríamos pensar que se sitúan actualmente la mujer y el hombre, ese mismo individuo ahora “decapitado” y que ha creado el sistema en el que vivimos, basado en patrones de poder? ¿Podríamos afirmar que el hombre y la mujer, los Sujetos estamos en peligro?

Roque Hernández: Es cierto eso de que “ha muerto el padre, ya no hay más Dios” pero no es óbice para pensar que todo es posible sino todo lo contrario. 
 A nivel imaginario, frente a este “nada es posible”, frente a este “caos” que nadie es capaz de ordenar, hay una tendencia a buscar en lo real a alguien que tome ese lugar, por eso nos encontramos con la reaparición de fascismos, de regímenes totalitarios, de figuras machistas, etc., que intentan recuperar la cuestión de la vía del poder.
No es tanto una cuestión de géneros (hombres y mujeres están un tanto desorientados: hombres que se feminizan, mujeres que se masculinizan…) sino que parece que ambos recurren a lo que nosotros llamamos la dimensión fálica, apoyándose en emblemas de poder.
Esta dimensión de lo femenino que el psicoanálisis abre tendría que ver con que no todo se plantea y funciona a partir de los semblantes de poder; no hay que tener miedo de los vacíos, no hay que tener miedo de la vacuidad porque es la desocupación del vacío la que permite ocupar el vacío de otra manera, no patriarcal, no totalitaria. Este desamparo en el que nos encontramos los Sujetos modernos, sin padre, sin Dios, nos compromete más caso por caso, uno por uno, a autorizarnos, a encontrar nuestra manera, a darnos el tiempo de vivir la experiencia de un “sin Dios, sin padre, no-todo”, en lugar de ocupar con otra cosa ese miedo al caos.
Así, cada uno podría llegar a recuperar ese saber singular que ha sido barrido por el discurso en el que estamos ahora, en el que nos proponen rellenar nuestros vacíos con objetos que no son los nuestros porque ni los hemos pedido; encontremos nuestra manera de hacer con el vacío, nuestra manera de hacer con el amor, con lo sexual, sin recurrir inmediatamente a un vademécum o a alguien que nos resuelva la cuestión.

Irma Bouyat: ¿Qué le parecen estas XXVIII Jornadas de Clínica Psicoanalítica?

Roque Hernández: Han arrancado muy bien con la primera mesa porque, por un lado, se ha nombrado la antropología y hay que poder rescatar su saber, y, por otro, los psicoanalistas tratamos de decir con nuestras herramientas. Es momento de aproximar saberes y de poder hablar con otras disciplinas en las intersecciones, que son vacíos de poder. Si nos reunimos en las intersecciones para poder debatir acerca de lo que no sabemos ni unos ni otros, quizá podamos inventar algo nuevo que no sea lo que siempre se ha dicho.
En la primera mesa se ha puesto en juego la dimensión política, que es muy importante. ¿Qué pasa con los regímenes totalitarios, con los Sujetos? ¿Cuál es la responsabilidad del ciudadano con el Gobierno?; no hay que confiar en el Gobierno, hay que hacer un trabajo comunitario, de ciudadanos. En definitiva, se han abiertos diferentes elementos para poder pensar de nuevo conceptos ya trabajados, libros como Sobre la servidumbre voluntaria, de La Boétie. ¿Cómo hacer hoy en día para resistir a la servidumbre voluntaria a la que nos aboca el discurso actual? ¿De qué manera el saber del psicoanálisis puede contribuir a un nuevo pensamiento y a un nuevo discurso?

[1] Entrevistas realizadas a diversos psicoanalistas con ocasión de las XXVIII Jornadas de Clínica Psicoanalítica: «Feminismo, Patriarcado. Sus efectos», organizadas por Acto y celebradas en Barcelona. Realización de los videos: Carlos Lázaro, Irma Bouyat. Transcripción a texto: Irma Bouyat. Revisión del texto: Lidia Ortiz. Pueden verse en el canal de Youtube de Apertura